Atlas del Conurbano bonaerense

Territorio

Tal como afirma José Luís Coraggio el territorio “no es la superficie terrestre con todas sus rugosidades y especificidades, incluidos sus elementos minerales, suelos, vida vegetal y animal, clima, topografía, etc.”. A esto aporta el sociólogo Flabián Nievas, quién se sumerge en la problematización del concepto de territorio, señalando que el este tiene un fuerte anclaje en las personas, dado que está conformado por “las relaciones sociales que allí se asientan y lo articulan, lo integran como paisaje en la necesaria relación hombre-naturaleza, de la que no puede prescindir. Y las relaciones sociales son, se sabe, la humanización misma del hombre”.

Nievas desarrolla una definición de territorio desde la articulación de dos órdenes diferentes.

  • Lo que, a los efectos de diferenciarlo del concepto más abstracto de espacio, denominaremos como geoterritorio o porción de suelo: sumatoria de las condiciones biofísicas de una porción de la corteza del planeta, siendo la totalidad de ésta, el suelo;
  • La totalidad de las relaciones sociales establecidas en y ordenadoras de dicho geoterritorio, fuera del cual no tienen existencia y al cual incorporan, no como continente sino como componente.

La incorporación de la noción de geoterritorio establece la distinción entre las condiciones sociales y las naturales, y tiene un vínculo e influencias activas sobre el territorio, aunque no lo determina.

Entonces, el territorio está compuesto por: geoterritorio, formas de vinculación y sujeto. Nievas señala que una cuarta dimensión debe ser incorporada: el tiempo. Entonces, se establece una gradación de las cuatro dimensiones que se presentan como constitutivas del territorio, ya que las mismas no tendrían el mismo nivel epistemológico. La más importante de ellas es la forma de vinculación existente en un territorio, que une, da cuerpo e identidad a la fuerza social (sujeto, personificado en cuerpos). El tiempo forma parte de ambas dimensiones previas y el geoterritorio refiere al emplazamiento de las fuerzas.

En este sentido, Claudia Tomadoni ofrece un interesante aporte para pensar la relación espacio-tiempo y escribió que “el hecho de recurrir al tiempo sólo como un factor explicativo y no como parte inherente del espacio es fuente de un equívoco singular: considerar al espacio como un escenario en el cual transcurren los hechos. Decir espacio significa decir proceso, lo cual implica decir tiempo. Por lo tanto, el espacio es un proceso social construido a través del espacio-tiempo”. Así es importante entender al espacio como una construcción, una producción, un constante hacer sobre formas ya construidas ya que nos habla de “un hacer” que va cambiando.

Por otro lado, la autora diferencia los conceptos de espacio y territorio de la siguiente manera: “hablar de espacio es referirse a ámbitos construidos directa o indirectamente por la sociedad. Esta noción alude a un ámbito genérico que se concreta en un territorio. Así, el territorio es un lugar preciso, con límites y con características específicas según posibilidades e intereses de los diferentes agentes sociales dispuestos al juego de la construcción de ese territorio. En definitiva, el territorio es un constructo social en determinadas coordenadas de tiempo y lugar”. Es una porción asequible del espacio geográfico.